Bucarest (Rumanía), 1981
Becario de la Asociación desde: 2008
Pintor con la boca
En 2003, la vida de Florín cambió por completo tras un accidente con un arma de caza que le dejó tetrapléjico. Durante su recuperación en el centro de Toledo y más tarde en el Centro de Atención a Minusválidos Físicos de Leganés (Madrid), descubrió la pintura como terapia ocupacional.
Lo que empezó con trabajos sencillos se ha convertido en su afición favorita. Actualmente, Florín experimenta con óleo, creando obras propias inspiradas en fotografías de paisajes, animales y retratos étnicos. Le apasionan los fuertes contrastes de luz y color, logrando un estilo realista que no deja de lado la fantasía.










